Hedonismo y escritura

10 libros para leer mientras tomas café en época de cuarentena

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Si no estuviéramos en medio de una pandemia, probablemente este texto sería una combinación de recomendaciones de libros y barcitos en Buenos Aires para tomar café mientras los lees. Como la realidad nos arropa con tapabocas en este 2020, decidí pensar más bien en 10 libros para leer mientras tomas café en tu casa.

Hacer esta selección ha sido casi terapéutico: es un ejercicio para reconciliarme con la literatura -que había abandonado en los últimos meses para dedicarme a devorar pdfs sobre marketing digital-, y para acompañarte a ti, querido(a) lector(a), en estos tiempos complejos.

Antes de pasar a la enumeración, me gustaría aclarar que esta selección responde a tres criterios muy personales: a) son libros que realmente leí con una taza de café en la mano en algún momento de mi vida; b) no considero que sean, necesariamente, las obras maestras de los autores mencionados; y c) quise hacerlo en pares para darle un toque de originalidad, así que aquí van cinco autores y diez libros

1. Baila, baila, baila, de Haruki Murakami


Esta novela fue la primera que leí del escritor japonés y llegó a mis manos por un regalo de Luza, una amiga como pocas, quien me hizo una dedicatoria bellísima antes de partir de Caracas a Buenos Aires. 

Las principales razones por las que recomiendo Baila, baila, baila son por sus fantásticas referencias musicales, que te harán sentir que escuchas una rocola en lugar de leer de un libro, y por ese toque místico que aborda desde lo sobrenatural. 

Debido a su extensión, no es un libro muy cómodo para agarrar con una mano mientras tienes la taza de café en la otra, pero la pluma ligera de Murakami es ideal para la merienda y yo me la devoré en muy pocos días.

2. Tokio blues, Norwegian Wood, de Haruki Murakami

libros para leer mientras tomas café Tokio blues Murakami

Se trata, en principio, de una historia de amor. Pero también entran en juego la muerte, la nostalgia y la revolución, y sólo por esas temáticas es que la incluí en este listado.

Temo que si doy más detalles de esta novela les arruinaré la sorpresa, pero sí les diré que me trasladó a los años universitarios y ¡yo amé esa época!

Perdonen si consideran que es muy cliché recomendar Tokio blues, en un listado de libros para leer mientras tomas café; la verdad es que esta no es la enumeración de una experta, son sólo las ganas de una aficionada por compartir un poco de arte.

3. La identidad, de Milan Kundera

La identidad Kundera

Otro historia de amor que leí en la universidad. Esta novela llegó a mis manos en forma de regalo mientras cursaba una materia en la escuela de periodismo que se llamaba Identidad, diálogo y narración: una aproximación heterodoxa.

¿Quién soy?, ¿qué dice el “otro” acerca de mí?, lo que el otro dice mí ¿también forma parte de mi historia, de la narración de mi vida? Preguntas deliciosas con un toque filosófico y un final onírico es lo que me hace recomendar La identidad como un libro para leer mientras tomas café.

4. La lentitud, de Milan Kundera

La lentitud Kundera

Foto por: Chelsea Marie Hicks


Me disculpo nuevamente si los decepcioné al no mencionar la Insoportable levedad del ser o La inmortalidad. Por supuesto que las leí, me fascinan y coincido en que son dos de las mejores obras de Kundera. Sin embargo, no las leí tomando café y estoy tratando de ser fiel a la advertencia b) del tercer párrafo introductorio de este artículo.  

La lentitud la leí este verano argentino en Mar del Tuyú, justo antes de que declararan la cuarentena obligatoria en Argentina. La recomiendo especialmente porque me sacó carcajadas honestas y se lee de un tirón.

Sé que alguno se estará preguntando cómo es que tomo café en la playa, en un verano bonaerense de 40 grados a la sombra. Comprendo perfectamente la duda que les genera pero les falta un dato acerca de mí: nací en El Caribe, tomo café bien caliente, sopa y guisos en cualquier época del año, a cualquier hora y con el termómetro estallando.

5. La trilogía de Nueva York, de Paul Auster

La trilogía de Nueva York Auster

Estas tres historias detectivescas y neoyorkinas forman parte de mis relatos favoritos de Auster. El único riesgo que correría el lector con esta trilogía es que se le enfríe el café mientras trata de descubrir cada final.

“Ciudad de cristal”, “Fantasmas” y “La habitación cerrada” son los títulos de las tres historias que componen el libro. Les confieso que “Fantasmas” es el relato que más me gusta y siempre he creído que Quentin Tarantino se inspiró en él para escribir Reservoir Dogs, por aquello de que los personajes tienen nombres de colores. 

Además de leer La trilogía de Nueva York con un café en la mano, lo recomiendo como un libro para regalar. Hace poco se lo obsequié a un amigo y me dijo que regalar libros es una forma de regalar afecto. Hasta ahora es lo más lindo que he oído en 2020 y coincido plenamente.

6. Aquí y ahora, de Paul Auster y J.M. Coetzee

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Como no todo es literatura en los caminos de la vida, incluí en esta lista de libros para leer mientras tomas café el intercambio epistolar que tuvieron Auster y Coetzee entre 2008 y 2011.

Quienes me conocen saben que la razón principal por la que recomiendo este libro es por la carta que le envía Auster a Coetzee contándole la hazaña robada a Armando Galarraga, el jugador de béisbol venezolano, lanzador en las Grandes Ligas de Estados Unidos, a quien le arrebataron un juego perfecto.

Si no eres fan de los deportes o conoces poco de béisbol, no te preocupes que este libro es mucho más que eso; hablan de temas que van desde el amor y el arte, hasta las crisis económicas.

7. Doce cuentos peregrinos, de Gabriel García Márquez

Doce cuentos peregrinos García Márquez

Desde acá puedo escuchar el grito de los lectores por no incluir Cien años de soledad, novela que recomiendo ampliamente y no sólo para tomar café. Pero una vez más me remito a la advertencia b) del inicio. ¡Piedad, por favor!

La brillantez de García Márquez es tal que es capaz de escribir una novela fascinante con la misma facilidad que un libro de cuentos exquisitos. El relato “Sólo vine a llamar por teléfono” me marcó durante la adolescencia y todavía se me acelera el corazón por el suspenso que me produjo la historia. Lo recomiendo con los ojos cerrados; así que si piensan hacer un regalo a un(a) joven de dieci-pocos, este es el libro que tienen que obsequiar.

8. Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez

Crónica de una muerte anunciada García Márquez

Foto por: Ministerio de Cultura de la Nación


Sé que con esta recomendación me redimí. ¡Qué historia tan apasionante y qué pluma la de este Premio Nobel! 

Si tienes en deuda la lectura de este libro o estás pensando qué novela leer una vez más, pon esta en la lista. “El día que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo”, si esta introducción no te motiva a sumergirte en la lectura, creo, honestamente, que nada en la vida lo hará.

9. Desayuno en Tiffany, de Truman Capote

Es simplemente bella, breve y hermosa como la vida. Leí la novela antes de ver la película -magistralmente protagonizada por Audrey Hepburn- y aún me divierte y me conmueve pensar en Holly Golightly.

De Desayuno en Tiffany aprendí mucho sobre los seres salvajes y la importancia de evitar, a toda costa, quedarse con la mirada fija en el cielo viendo cómo se van cuando les entregas el corazón. Creo que más que con café, este libro hay que leerlo con una copa de vino en la mano.

10. A sangre fría, de Truman Capote

A sangre fría Capote

Foto por: Colegio Universitario de Periodismo


Me debatí profundamente entre cerrar este listado con Música para camaleones o con esta novela de no ficción de Capote. Como verán, pudo más la parte de mi corazón que palpita por el “nuevo periodismo”, esa corriente que tiene como aliadas las herramientas literarias para contar una historia real.

Realmente comencé a leer A sangre fría con una taza de café en la mano, pero les confieso que cuando terminé de leerla no pensé en gastronomía precisamente. 

En más de 300 páginas, Capote nos relata cómo asesinaron en un pueblito de Texas a una familia entera en 1959. Truman hizo un trabajo de campo impresionante y hasta conoció a los asesinos.


Siento que me quedé corta con esta lista de libros para leer mientras tomas café, pero Lavoe tuvo razón cuando nos dijo que “todo tiene su final, nada dura para siempre”.

Muchos compatriotas me reprocharán que no hay autores venezolanos en el listado y tienen razón: les prometo escribir un artículo con mis recomendaciones exclusivas de los escritores de mi terruño.

Tip #cometeelcuento: Si quedaron con más ganas de tomar café que de leer libros, les recomiendo que vayan a la cuenta de Instagram @mulato_cafe, tienen cafés de Colombia y Brasil verdaderamente exquisitos. Escríbanles por mensaje directo y usen el código “cometeelcuento” para recibir un descuento especial en su compra. Válido únicamente para pedidos en la Ciudad de Buenos Aires.



6 thoughts on “10 libros para leer mientras tomas café en época de cuarentena”

  • Me encantó la recomendación y más la forma en que promoviste el contenido para llegar a ella. Te abrazo, me voy por la trilogía de Auster y La Lentitud, de Kundera. Gracias, Kei. Espero la recomendación de autores venezolanos 🙂

    • Isa querida: honor que me haces al leer y comentar. Sé que Auster y Kundera no te van a defraudar. Ya voy cocinando la lista de nuestros escritores. ¡Muchas gracias por visitarme por aquí y por tus palabras! Eres más que bienvenida a comerte el cuento con nosotras siempre que quieras. ~Keilma.

  • Me encantó esta publicación. Nada mejor que un buen libro con una taza de café o una copa de vino tinto. La lista está muy bien. Gracias

    • ¡Muchas gracias por tu comentario! Nos alegra mucho que te haya gustado, sigue pendiente de los próximos artículos porque van a venir muchos libros más para recomendar, con café, con vino, en casa y ojalá pronto en el lugar preferido de tu ciudad. ~Mariana

  • Gracias Kei por tan bellas recomendaciones, ahora lo difícil es decidir por donde empezar! Por lo pronto, voy poniendo el agua a calentar.. Saludos! Mariela

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